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Zacapa

Cuenta con paisajes naturales, que por falta de vías de comunicación adecuadas son de difícil acceso, pero pueden aprovecharse para promover un turismo de aventura, especialmente la montaña septentrional que ofrece un paisaje tropical de árboles de maderas finas.

La parte central y sur, atravesada por el Motagua, es un áreas con un verdor exuberante que contrasta con el aspecto semi desértico de las llanuras.

El río Motagua y algunos afluentes tienen grandes extensiones navegables, las cuales son cruzadas en cayucos, por los habitantes de comunidades aledañas.

Estos caudales fluviales en algunas oportunidades se han aprovechado para algunos deportes acuáticos.

Las pozas formadas por el Río Grande y el Motagua, se han constituido en balnearios que hasta hoy son aprovechados por turistas o paseantes nacionales como puntos intermedios, entre estos Teculután, al cual se le hicieron algunas mejoras hace varios años.

Posee turicentros, que han significado inversión en infraestructura, ofreciendo servicio de piscina, restaurante y alojamiento, destaca entre ellos Pasabién y Longarone.

Tiene relevancia la Iglesia San Pedro Zacapa, elevada a Catedral, una obra del siglo XVII de estilo Barroco.

Fue objeto de reconstrucciones y reparaciones.

A consecuencia de los constantes sismos, fue reedificada, concluyendo los trabajos en la segunda mitad del siglo XIX, lo que motivó a modificaciones estilísticas.

La fisonomía de estos poblados es muy tradicional, constituido por el conjunto, casas y calles; lamentablemente el terremoto del 4 de Febrero de 1976, ocasionó transformaciones radicales, ya que este fue uno de los departamentos más devastados por el fenómeno telúrico que hizo variar su abundante construcción de los siglos XVII a XIX.

Sin embargo Zacapa, (cabecera) y Gualán, aún conservan el trazo de sus calles quebradas que le dan cierta particularidad y un aire especial.

Se habla: Chortí y Castellano (español)

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