Si el Mundo Maya es conocido por su riqueza arqueológica y por algunas de sus playas y arrecifes es, sin embargo, casi desconocido en lo que respecta a la variedad y alto interés científico y turístico de su patrimonio natural.
Hoy que la humanidad empieza a despertar sobre la trascendencia que tiene la conservación de la naturaleza, el Mundo Maya constituye, casi en su totalidad, un objetivo de las instituciones nacionales e internacionales, públicas y privadas, para preservar la riqueza de su flora y fauna.
La fragilidad del arrecife de coral, de los manglares y esteros, de la selva tropical, del bosque nublado y la calidad de las aguas de sus mares, Ríos y lagos, así como el peligro en que se encuentra la variada fauna que puebla los diferentes habitantes, exigen un esfuerzo coordinado de los habitantes que viven en los espacios en peligro con las instituciones para preservar una región hoy amenazada por la pobreza, ignorancia y el lucro fácil de una minoría.
El turismo, profesionalmente organizado y eficazmente orientado por los especialistas en la materia, puede contribuir de forma decisiva a la conservación de tan rico patrimonio, permitiendo al visitante disfrutar de un entorno natural tan variado como atractivo.