Al iniciar la temporada de vacaciones, surgen muchas posibilidades de viaje y el reto está en lograr divertirse al máximo sin que los paseos realizados afecten la naturaleza y las comunidades visitadas. En resumen ser un turista responsable.
Lograr este cambio de actitud no es difícil y por eso queremos compartir con ustedes algunos tips que les permitirán concluir sus vacaciones con satisfacción.
Por ejemplo, su estadía favorecerá a la economía si se adquieren artesanías locales, se contrata un guía de la zona para recorrerla o se toma un refrigerio en un restaurante de la comunidad, procurando pagar el precio justo por estos servicios.
Respecto a las culturas de los diversos sitios turísticos, se recomienda considerar la privacidad de los residentes, así como solicitar permiso para ingresar a sitios sagrados, casas o propiedades privadas e, incluso, para tomar fotografías o videos.
Si el descanso nos permite disfrutar al aire libre, un gesto básico que dará un gran aporte es recoger los desechos que genera nuestra visita y depositar la basura en los recipientes apropiados.
Una actitud vigilante y responsable debe considerar la elección del lugar para levantar el campamento, la confección y control de fogatas si es imprescindible hacerlas, el cuido de las fuentes de agua y de las facilidades existentes en el lugar.
Si durante la estadía se encuentran animales, lo recomendable es observarlos a una distancia en que no se les perturbe; además, se debe evitar alimentarlos para no causarles enfermedades, alterar su comportamiento natural o exponerlos a otros depredadores y peligros. Bajo ninguna circunstancia debe cazarse o comprar animales de la zona o, bien, adquirir artículos confeccionados a partir de especies en peligro de extinción.
La actitud debe ser similar si nos alojamos en un hotel (independientemente de su tamaño o ubicación), una norma que respetará todo turista responsable es la de considerar a otros visitantes. Por ello, se procurará que el comportamiento propio no perjudique el disfrute de otros, actuando siempre con cortesía.
El viajero responsable velará por el manejo de los desechos y un uso racional de los recursos como energía eléctrica y agua. Cada día son más los hoteles y albergues que invitan a sus huéspedes a cerrar la llave del agua cuando no la está utilizando, reportar fugas del líquido, o apagar las luces y el aire acondicionado cuando no los requiere.
Observar las recomendaciones anteriores no limitará jamás nuestra satisfacción al viajar y permitirá mantener los destinos en las condiciones óptimas para el disfrute de las actuales y futuras generaciones.
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